Mi vida está dividida entre varias pasiones. Como ya sabrás, mi trabajo como artesana joyera es una de ellas, pero voy a confesar que si tuviera las posibilidades de vivir viajando eternamente, lo haría hasta que me den las fuerzas (y el dinero 🙃).
He tenido la oportunidad de visitar lugares maravillosos, y agradezco a Dios y al Universo por haberme dado esa oportunidad. Más de 25 países y ciudades encantadoras, de las que nunca quiero irme. Todas con su encanto, su magia, sus callecitas, sus mercados, su comida, sus costumbres y su gente. Cada viaje ha sido una experiencia maravillosa que repetiría una y mil veces más.
Este 2023 me regaló un viaje inesperado a tierras colombianas! En este blog quiero compartirte lo que me enamoró de Bogotá. Mis días en Bogotá tuvieron casi de todo!
Primero, estaba dispuesta a someterme al frío bogotano, que eso era lo que pronosticaba el canal del tiempo, pero para nuestra sorpresa, fueron días llenos de sol y calorcito, tanto que hasta los bogotanos estaban sorprendidos de esa ventana de tiempo maravillosa que tuvimos durante nuestra estadía.
Murales de La Candelaria
Dicen que los lugares se conocen por su gente, su arte y cultura y sus comidas! Y es totalmente cierto, llegando apenas nos fuimos para la zona de La Candelaria, una zona céntrica que está llena de vida, de paredes empedradas y coloridas y de bulliciosas calles que albergan puestecitos de comida, que tildan de historia a este bello país.
Murales de La Candelaria
La Candelaria se caracteriza por eso, porque caminando por sus callecitas vas a ir viendo esos murales tan pintorescos a los que inevitable querés fotografiar y disfrutar un momento, mientras te confundís entre locales y turistas que por igual disfrutan de la belleza singular del lugar y del aroma por doquier: carne a la parrilla, maíz asado, obleas con maní (deliciosas), aguapanela, y por supuesto ese aroma a cafecito colombiano de algún Juan Valdés.
Puestecito de comida en Plaza Bolívar
En el mismo sector de La Candelaria, caminando, llegamos al centro histórico de Bogotá y ahí encontramos la enorme y hermosa Plaza Bolívar. A su alrededor se encuentran varias edificaciones de gran valor histórico: Catedral Primada de Colombia, que es la mas grande de Bogotá y de todo Colombia y es sencillamente espectacular. Esta catedral es sede de la Arquidiócesis de Bogotá y el mayor templo católico de Colombia y uno de los mas grandes de América Latina. La Casa del Cabildo Eclesiástico, Capilla del Sagrario y Palacio Arzobispal, El Capitolio Nacional de Colombia, y otras. Todas dignas de ver, aunque sea por fuera. Estar ahí a la hora del atardecer es mágico.
Catedral de Bogotá, Plaza Bolívar
Bogotá también es un destino super barato para todo y para degustar la cocina colombiana. Moría por probar el famoso ajiaco al que tanta bulla le habían hecho, especialmente al ajiaco de Tolú. El Mercado de La Perseverancia estaba a reventar y conseguir mesa es toda una hazaña. La suerte nuevamente nos acompañó y en menos de 10 minutos estábamos sentados esperando el famoso ajiaco, una sopita elaborada a base de papa, pollo desmechado, elote, aparte un poquito de arroz y aguacate y un toque rico y acidito que le da las alcaparras que te ponen en una bolsita plástica sellada. Para ser 100% honesta, aunque no estaba mal, (o mis expectativas eran muy altas) pero ajiaco, con uno y ya. La porción es grande y te llena por horas, justo para aguantar las extensas caminatas.
Ajiaco, Mercado La Perseverancia
Lo que si me conquistó perdidamente fueron las almojábanas de Zipaquirá (donde está la Catedral de Sal de la que te cuento un poquito más adelante) y las arepas con huevo, jamón y queso acompañadas con un jugo de mandarina que conseguimos en un puestito de comida super concurrido cerca del Parque de la 93, que era la zona donde nos hospedamos. Como dicen; donde hay fila, es por algo y estas arepas eran la razón, deliciosas y comerlas sentados en una banquita del parque sería para mi como el perfecto ritual si vivera ahí. Si preguntas por una buena carne en Bogotá, todos coincidirán en Andrés Carne de Res, un restaurante super folclórico en donde sus carnes definitivamente son las protagonistas. Cientos de opciones generosas de donde escoger y el sabor impecable.
Restaurante Andrés Carne de Res, Bogotá
Arte e Historia
Para mi, cada viaje debe tener una dosis de todo lo que ofrece el país y Bogotá tiene innumerables opciones, pero con poco tiempo hay que escoger al menos una, así que decidimos ir primero al Museo de Botero. La obra de botero es tan hermosa que no es necesario ser muy conocedor del arte para admirar esas figuras regordetas, que de verdad son maravillosas. Y si tu intención es conocer de la historia de Colombia, el Museo Nacional es una opción (un poco cara creo, te cuesta $10 la entrada) y dicho sea de paso, la exhibición de momias que queríamos ver, ya no está en el museo.
Museo de Botero
Ir a algún lugar al que tal vez nunca vuelvas!
Y la visita a la Catedral de Sal de Zipaquirá (que pensamos un montón porque el tráfico en Bogotá es heavy y Zipaquirá queda a 48 km, como a hora y media en carro sin trancón como dicen allá). Todos los traslados los hicimos en Uber, incluyendo éste y nos costó menos de $50, ida y vuelta.
Catedral de Sal, Zipaquirá, Bogotá, Colombia
La Catedral de Sal es un recinto arquitectónico religioso construido a 180 metros bajo tierra en el interior de unas minas de sal. Desde la entrada hasta donde está situada la catedral se va pasando por doce etapas en las que vas pasando por diferentes espacios con obras en sal y mármol. El viacrucis es representado por medio de 14 cruces talladas con bloques de sal. La nave central de la Catedral está presidida por una inmensa cruz que es la más grande bajo tierra del mundo.
Catedral de Sal, Zipaquirá, Bogotá, Colombia
El pueblo de Zipaquirá es un pequeño pueblo colonial, pero muy lindo de recorrer. Aquí fue donde probé las mejores almojábanas, en un puestiecito al costado del parque.
Pueblo de Zipaquirá
Es bien sabido que Colombia es cuna de arte y diseño. Hay miles de artesanos por donde sea que pasas y la localidad de Usaquén (municipio de Cundinamarca) fue una de mis preferidas. Fuimos el Domingo a la feria (Mercado de Pulgas de Usaquén). El lugar está repleto de puestos artesanales, de restaurantes, bistrós, galerías y tiendas. Amé Zula que es un colectivo de diseñadores colombianos, Cachivaches, una tienda de decoración fusión además de todos los puestecitos de bolsos, joyería y artesanías.
Artesanías colombianas en Usaquén
Los choferes de Uber son una excelente opción para preguntar dónde comprar qué. Ellos te dirán y te llevarán exactamente a cualquier lugar. Desde restaurantes, marroquinerías, artesanías y todo lo que se te ocurra comprar. Colombia es sin duda un lugar idóneo para comprar con las 3 BBB.
Colombia fue sin lugar a dudas, una experiencia divertida, enriquecedora y colorida. Hay de todo, la amabilidad de su gente, sus dichos que me hacían tanta gracia como “ay marica”, es como “mae” en Costa Rica. Volvería a ojos cerrados! Gracias Colombia.
Gracias por leerme,
Mariana,